viernes, 17 de abril de 2015

Alcachofas a la cerveza


Me fascinan las alcachofas, comerlas tiene su gracia, primero chupando sus hojas mas duras una a una para conseguir sacar su carne con los dientes, hasta llegar a su tierno corazón tan delicado que se deshace en la boca.


Es un manjar que se puede comer cocido, frito, a la plancha o en salsa pero siempre resulta muy sabrosa.
Ya era conocida en la Antigua Roma y muestra de ello son las recetas del libro IX, dedicado a las verduras, de los 10 libros que componen el Recetario de Apicio, el más famoso gastrónomo romano del que ya he hablado muchas veces. Parece increible que muchas de las recetas que hoy se hacen ya fueran conocidas por los antiguos romanos y es yo siempre digo que el Imperio Romano fue la civilización por excelencia, vivían casi como vivimos ahora, a pesar de haber 21 siglos de diferencia.


La alcachofa debió ser una verdura muy habitual en las mejores mesas romanas pero siempre como acompañamiento de las carnes y pescados, y en la península se debió consumir bastante ya que aparecen los métodos de cultivo de esta en los libros de agricultura de Columela.



Los musulmanes y judíos también eran grandes consumidores de verduras y solían cocinarse con ajos y aceite, siendo esta la base del actual rehogado. Y el actual nombre de la alcachofa viene de los términos árabe "al kharsuf" y "al qabsil" (alcaucil, palabra con la que en algunas zonas de España se le llama).




Los judíos fueron los que la introdujeron por el centro de Europa, pasando a ser consumida muy regularmente en Italia en el siglo XV. Parece que Catalina de Medicis, a la cual le encantaba comer los corazones de alcachofas (era una gran amante de las verduras, principalmente de las alcachofas y espinacas) fue la que las introdujo en Francia al casarse con el rey Enrique II.


Ella realizó grandes aportaciones a la gastronomía europea, era una mujer muy culta y muy conversadora, que trajo sus propios cocineros y vinateros a Francia. Sus fiestas serían recordadas durante siglos, su pasión por la cocina aportó a la cocina francesa el aceite de oliva, las espinacas y alcachofas, la preparación de la pasta, la sopa de cebolla, el pollo al vino e incluso los hojaldres. Se puede decir que casi fue la fundadora de la cocina francesa que hoy se conoce.







También el Rey Sol, Luis XIV era un apasionado de las alcachofas y siempre estaban presentes en sus banquetes.




Y hoy siguen consumiéndose con regularidad en la cocina europea, son como pequeños guerreros que tras su armadura guardan un tierno corazón.



Ingredientes:

.1 kg. de alcachofas
.2 patatas
.Láminas de jamón
.Huevos
.2 dientes de ajo
.50 gr. de aceite
.1 cucharada de maicena
.Media pastilla de caldo de carne
.Pimienta
.Azafrán
.330 gr. de cerveza


Preparación en Thermomix:

-Limpia las alcachofas, quitándoles el tallo y las hojas duras.


-Ponlas en una olla rápida a cocer junto con las patatas unos 7-8 minutos.


-Resérvalas en una cazuela de barro.


-Pon en el vaso los ajos y el aceite 5 seg. velocidad 5.
-Después sofríe 7 min. varoma, velocidad 1.
-Agrega la maicena, la media pastilla, pimienta y azafrán 5 seg. velocidad 5.
-Pon en el cubilete papel film, pincélalo con aceite, casca dentro un huevo, sazónalo.


-Anuda el film haciendo una especie de saquito y coloca estos en el cestillo.


-Añade al vaso la cerveza y las láminas de jamón.
-Coloca el cestillo y programa 12 min. varoma, giro izquierda y velocidad cuchara.
-Vierte la salsa sobre las alcachofas.


-Sirve estas acompañadas de un huevo y láminas de jamón.


Esta salsa espesita de cerveza les aporta un sabor muy bueno, ya puedes prepararte a mojar pan y a chuparte los dedos.



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