martes, 21 de abril de 2015

Salmorejo Cordobés


Hay platos que se convierten en la mejor publicidad de un lugar, son únicos y por eso se convierten en una atracción turística. Y si hablamos del salmorejo tenemos que hablar de Córdoba.


¿Que te viene a la cabeza si piensas en Córdoba? Sus patios, la Mezquita, el salmorejo, el rabo de toro...




Es una de las ciudades más bonitas que conozco, me gusta pasear por su casco antiguo y descubrir ese entramado de callejuelas, plazas y patios. No me extraña que haya sido declarado Patrimonio de la humanidad y es que es preciosa y aún conserva las huellas del antiguo esplendor del Califato de Córdoba, época en la que fue una de las ciudades más cultas y refinadas de la Europa Medieval.



Y el salmorejo tiene sus orígenes en la cocina cordobesa del califato, es posible que por aquel entonces solo fuera un simple majado de ajos, miga de pan, sal y aceite crudo con vinagre que se realizaba en un almirez hasta conseguir una consistencia cremosa.



Tendremos que esperar para que este majado adquiriera el color rojizo.
El descubrimiento de América trajo consigo el descubrimiento del tomate, pero este pasó lentamente a formar parte de la cultura gastronómica andaluza.
Es en el siglo XIX cuando los majados de pan y sólo durante los meses de verano se volvían rojos.




El salmorejo se convierte así en una crema fría propia del verano, aunque puedes tomarlo en cualquier época del año, que se diferencia del gazpacho en que es más espeso y que como única hortaliza lleva tomate. Podría decirse que el salmorejo es una emulsión, con una textura muy cremosa, más próxima a la de una mayonesa suave pero con una consistencia que es capaz de aguantar trocitos de jamón sin que estos se hundan.


Un dato curioso es que posee su propia cofradía, cuyo objetivo es darlo a conocer.
Cofradía del salmorejo Cordobés




Si puedes tómate uno en cualquier taberna cordobesa de las muchas que hay en su casco antiguo, mismamente en el bar Santos, enfrente de la Mezquita y preferentemente en los días de las Cruces de Mayo o en las fiestas de los Patios porque es cuando más se engalana de flores Córdoba, yo en cuanto pueda me hago una escapadita porque reconozco que es una ciudad que me vuelve loca.






Hay quien incluso le hace un poema "Hay bendita humildad que en salsa pones, tomate, pan, aceite, la alegría del ajo y pizca de sal, que es compañía de este manjar modesto que compones..."(Julio G. Alonso)



Ingredientes:

.150 gr. aceite de oliva
.1-2 dientes de ajo
.1 kg. de tomates
.1 cucharadita de sal
.150 gr. miga de pan blanco
.30 gr. vinagre
.Virutas de jamón para decorar
.Huevo cocido para decorar

Preparación en Thermomix:

-Pesa el aceite y reserva
-Pon los dientes de ajo, los tomates y la sal 30 seg. velocidad 5.
-Añade el pan y el vinagre 30 seg. velocidad 5 y a continuación 2 min. velocidad 10, si ves que no se ha mezclado bien pon unos segundos más.
-Programa velocidad 5 y vierte poco a poco el aceite sobre la tapa sin quitar el cubilete, hasta que se incorpore todo el aceite y se emulsione con el tomate.


-Sírvelo bien frío, puedes acompañarlo de virutas de jamón o trocitos de huevo duro.


-Si lo deseas también puedes acompañarlo con un filete de atún a la plancha, a mí así también me gusta mucho y se convierte en un plato único.


Este plato sencillo y contundente es al mismo tiempo ligero y refrescante y se ha convertido en un fenómeno gastronómico que representa a Córdoba por todo el mundo. Anímate a prepararlo, te sorprenderá su textura tan suave.




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